Algunos definen el día a día como la rutina y otros como la cotidianidad. Ese everyday life que pasa frente a nuestros ojos y que muchas veces no apreciamos ‘esconde' momentos que quieren ser descubiertos.
Te has planteado alguna vez la idea de ‘educar’ a tus hijos desde la cotidianidad, tomando en cuenta su entorno, sus gustos, interés y pasiones.
No me refiero a la desescolarización (unschooling) de tus hijos e hijas (si quieres hacerlo, te animo a intentarlo). Sino más bien a un cambio de visión. De ver cada momento como un momento para el aprendizaje, para conocer a tus hijos, para escucharlos atentamente, para fortalecer los lazos familiares.
El arte siempre será un medio excelente para conectar en familia. Desde leer un libro todos juntos, desde dibujar en un parque hasta preparar una comida entre todos.
¿Pero qué hacer o decir en esos momentos en este proceso de educar? buenooooo…
No existe una fórmula mágica para esto más bien quiero dejarte con algunas ideas de que cosas observar en medio de la cotidianidad de tu entorno, especialmente con tus hijos.
Sabemos que la observación juega un tremendo rol en el aprendizaje junto con la experimentación. Ese ensayo y error que a veces nos levanta y otras veces nos derrumba. Es la clave para educar desde la cotidianidad.
Si somos realistas, la cotidianidad a veces se vive y otras veces se disfruta a plenitud. Es como el juego de abrir un regalo que tiene varias envolturas. Lo vas abriendo poco a poco y tu expectativa crece cada vez más.
En los momentos de cotidianidad aprovecha y observar:
- ¿Qué tipo de vocabulario utiliza tu hijo/a?
- ¿Cómo maneja la frustración?
- ¿Qué tipo de sensación hay en mi hogar?
- ¿Se respetan las ideas?
- ¿Mi hogar es un lugar de escucha?
- ¿Cómo resolvemos las situaciones difíciles en el día a día?
- ¿Qué tan tolerante somos a los errores?
- ¿Qué tan empáticos son en el hogar?
La cotidianidad es lo que nos lleva a celebrar la naturalidad y a ser intencionales en observar y crear memorias positivas en nuestro día a día. Cotidianidad sinónimo de acción.
Entonces, imagina la cotidianidad como una fuente de abundante agua, como una caja de tesoros que tienes frente a tus ojos para descubrir.
Recuerda, el cambio en cualquier Ser Humano, se da y se ve en la cotidianidad.
Por ende, el hogar debería ser el lugar más seguro (físico, espiritual, mental…) que les permita ir más allá a cada uno de sus miembros.
De igual manera, el hogar debe ser un lugar de participación y de acogida. Porque como bien hemos escuchado, “el cuerpo tiene memoria”.
El hogar debe ser un lugar donde se celebre la cotidianidad. El lugar en donde se vea la educación bajo los lentes de la cotidianidad, no de los contenidos, temas o unidades.
Recuerda: los niños siempre están aprendiendo, descubriendo, generando hipótesis, re-afirmando aprendizaje. Descubriendo quienes son. Esto no se da en espacios mega preparados o exclusivos, se da en la cotidianidad, en el día a día.
Todo aprendizaje en la cotidianidad es más significativo, elevado y duradero.